Revilla siempre propone cosas en las televisiones y en las radios que tanto frecuenta, que suenan bien a los oídos de los ingenuos, y parece que nadie se diera cuenta de que Revilla no es un tertuliano más, sino el Presidente de un Gobierno con capacidad para que sus propuestas se conviertan en hechos.
Cualquiera que tenga un mínimo de información debería decirle:” menos hablar de boquilla y más legislar”, porque llevamos ya varios años escuchándole que “estaría dispuesto a bajarse el sueldo por solidaridad”, pero lo cierto es que una de las primeras medidas que tomó su gobierno fue, curiosamente, subir el sueldo el 20% a él mismo y a todos sus altos cargos.
Revilla dice que está en política por vocación pero, a la hora de cobrar, la vocación se le quedaba corta, así que se subió el sueldo un 20%, porque, el muy pobre, tiene dos familias que alimentar. Hay otros en esa tesitura que han pedido un aumento de sueldo y se han llevado una patada en el culo, pero Revilla tiene la suerte de que lo que quiere hacer se convierte en ley, empezando por su sueldo. ¡Quién pudiera!, pensarán ustedes.
Cuando llegó la crisis también volvió a parlar sobre lo solidario que sería bajarse el sueldo, “él, el primero” , pero cuando el PP llevó al Parlamento una propuesta para que esa bajada se hiciera efectiva, él y su partido, junto con los socialistas, votaron en contra. Una cosa es decirlo para quedar bien, y otra muy distinta es quitarse esos eurillos que le hacen buen arreglo.
Ayer en la radio, una vez más, propuso la creación de un impuesto especial para rebajar los sueldos a los trabajadores y crear un salario de subsistencia para los parados. ¿Por qué lo dice en la radio?, ¿por qué no trae esa propuesta al Parlamento y la aprueba?. Tiene votos suficientes. Nada le impide convertir su palabrería en proposiciones firmes.
Pero es que la clave es ésa: que todo lo que dice es pura palabrería para quedar bien y engatusar a la gente.
No piense nadie que es un parlabarato. Todo lo que dice está astutamente calculado para quedar como “un tipo llano y simpático”. Todo está estudiado para que la gente se identifique con lo que piensa, conocedor, como es, de que mucha gente ingenua no contrasta sus palabras con sus hechos.
Hace dos días dijo que había más de un millón de parados que no querían trabajar, que se acostumbraban al subsidio e incluso lo dedicaban a irse al bingo. ¿En qué quedamos?. ¿Les damos más subsidio para que se vayan al bingo?, o ¿es que quiere ahora quedar bien ante los desempleados a los que insultó en una de sus “pasadas de frenada”?.
Quiso quedar bien con la gente, sabiendo que hay una opinión injusta, pero extendida, de que hay gente que no quiere trabajar (es una minoría, pero de hecho existen personas así), y le salió mal el cálculo porque ofendió a la mayoría de esos casi 5.000.000 de parados, que son precisamente, los que están desesperados por trabajar.
Sí él piensa que hay que crear un “nuevo salario de subsistencia”, ¿a qué espera?
Su gobierno acaba de presentar hoy los Presupuestos. ¿Por qué no contempla esa medida fiscal especial para crear tal salario de subsistencia?; ¿por qué ni siquiera contempla alguna medida de carácter excepcional para los parados sin subsidio?.
Simplemente, porque es todo pura palabrería. Es tan evidente que hasta da rabia perder el tiempo en tener que escribir de estas cosas.
También pontificó en la radio sobre su honradez, como siempre. Tanta insistencia hasta parece sospechosa, al menos si tenemos en cuenta aquel refrán que dice “dime de qué presumes…”.
Habla de la honradez propia con tanta ligereza como lo hace de la deshonestidad de los demás. Lo malo es que siempre olvida que tiene dos consejeros imputados, y un exconsejero hoy sentado en el banquillo de Las Salesas. Dice Revilla que lo de sus consejeros son “errores administrativos”, mientras que lo de los demás es choriceo puro y duro.
Me recuerda lo que decía Morgan Freeman en “Cadena Perpetua”: “en esta prisión, preguntes a quien preguntes, todos somos inocentes”.
Habló mucho tiempo Revilla de los presuntos trajes de Camps. Dice que él no admite regalos. Lástima que meses antes dijo que él no gastaba en fumar y que todas las cajas de habanos se las regalaban.
Les recuerdo que una caja de buenos puros es más cara que cualquier traje de los que ustedes o yo vestimos; y, si su teoría es que quien coge lo menor también coge lo mayor, no voy a contradecirle, porque seguramente es cierto.
Para acabar su discurso zafio y demagógico, ha dicho que las instituciones financieras, como las Cajas de Ahorros, deben ser asépticas, sin políticos. Le doy la razón, pero en vez de hablar, presente al Parlamento una propuesta de modificación de la Ley.
Es más, si éso piensa, que presente un pacto a los partidos parlamentarios de Cantabria para que no se vuelva a designar ningún cargo público como miembro de los órganos de la Caja.
Porque hay miembros del PRC en Caja Cantabria, ¿o acaso lo olvida?. El ha nombrado a políticos de su partido para estar en los órganos de la Caja Cantabria, entonces, ¿a qué viene hacerse el santo?.
Revilla es el Presidente, aunque como bien le dijeron en la fábrica de Bridgestone, debería ir menos a televisión y trabajar más. La diferencia entre un Presidente y un mercachifle es que los Presidentes las propuestas las llevan al Parlamento y las convierten en normas, mientras que los mercachifles sólo hablan, pero, a la hora de la verdad no hacen nada o hacen justo lo contrario de lo que predican.
Y lo triste,- lo que no cabe en la cabeza-, es que alguien, a estas alturas, no se haya dado cuenta de que Revilla es lo que es.
Hay una máxima que dice que se puede engañar a muchos poco tiempo, o a pocos mucho tiempo, pero nunca a muchos mucho tiempo.
A estas alturas empiezo a creer que quien dijo éso estaba muy equivocado.